Quién puede hacer que amanezca, p.25. «No hay nada que buscar. Sólo tienes que estar tranquilo, abrir tus ojos y mirar. No puedes dejar de ver.
“¿Dónde debo buscar la Iluminación?”
“Aquí”.
“¿Y cuándo tendrá lugar?”
“Está teniendo lugar ahora mismo”.
“Entonces, ¿por qué no la siento?”
“Porque no miras”.
“¿Y en qué debo fijarme?”
“En nada. Simplemente mira”.
“Mirar ¿qué?”
“Cualquier cosa en la que se posen tus ojos”.
“¿Y debo mirar de alguna manera en especial?”
“No. Bastará con que mires normalmente”.
“Pero, ¿es que no miro siempre normalmente?”
“No”
“¿Por qué demonios…?”
“Porque para mirar tienes que estar aquí, y casi siempre estás en alguna otra parte”.